Y el tiempo se sigue agotando. Pero todo está muy parado, todo sigue muy aburrido. Orden en el cuerpo, orden en. Más energía, sí, y más mensajes en borrador. De vez en cuando, volver. A los colores, a los armenios, y desencajarse. Volver aquí, o volverse la cabeza del reverso. ¡Y celebrar que de una buena nos hemos librado! Como el aragonés, piensa bien pero tarde. Vale ya de jirijijí: «¿sabes contar? Pues conmigo no cuentes».
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